En primer lugar, quiero dar las GRACIAS por esta increíble aventura ciclista. Desde que empezó la competición, he recorrido 2.000 km, más de lo que he hecho en los últimos 20 años juntos. Cuando me uní al juego, esperaba llegar a unos 100 km, y que eso fuera todo un logro. Como no soy ciclista, no tenía ni idea de lo rápido que podía recorrer esa distancia. Con el tiempo, mi mujer y yo nos aventuramos en Tricity y recorrimos 180 km.

En la plataforma Activy me di cuenta de que algunos otros usuarios tienen distancias similares a las mías. Conseguí conectar con ellos para que no todos estos amigos deportistas sigan siendo conocidos virtuales :) No nos conocíamos, sólo sabíamos que entrenábamos más o menos a la misma hora. Fue como una cacería; acabamos encontrándonos en la pista.

Descubrir el reto Activy supuso un cambio radical para mí. Como sólo recorro 13 km para ir al trabajo, la bicicleta no estaba realmente en mi radar. Pero el reto me atrajo y decidí intentarlo. Curiosamente, mi hijo también participaba en una competición escolar, así que se convirtió en un motivador esfuerzo de equipo. Antes había participado en competiciones de atletismo en el trabajo, en las que competía con mis compañeros para mantenerme activo. Entonces, un compañero me envió el reto Activy a la bandeja de entrada y no tuve ninguna duda: ¡me apunté!

Elegir mi fiel bicicleta fue una decisión brillante: es mi gimnasio sobre ruedas, que me salva de la monotonía de la cinta de correr. La bicicleta no es sólo un medio de transporte, también es un deporte dinámico que me da energía cada día. Mi amor por el ciclismo siempre ha estado ahí, pero la vida me llevó por derroteros inesperados. Tres años después, vuelvo a subirme al sillín y recorro 18,5 km de camino al trabajo.

Mi viaje al mundo del ciclismo comenzó gracias a un reto Activy. Cansado de los agonizantes microtraumatismos de mi entrenamiento de artes marciales, buscaba otra forma de hacer ejercicio y me encontré sobre dos ruedas. Era una situación en la que todos salíamos ganando: el ciclismo no sólo era una cura para esas molestas lesiones, sino que también era un reto laboral. Activy fue mi primera aplicación de deporte y me guió por un territorio desconocido.